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Seguimos acompañando a los Corazonistas de Vanuatu


Mientras en nuestros colegios van concluyendo las colectas solidarias para ayudar a los Corazonistas de Vanuatu (Oceanía) afectados por el ciclón PAM, recibimos una nueva carta del Hermano Antonio López García Nieto (misionero español) contándonos las últimas novedades sobre su situación.

07-06-15

Queridos amigos:

En mi último mensaje que os mandaba hace más de quince días, os decía que a lo mejor no podría volverme a conectar a internet por algún tiempo. Pues bien, he tenido la suerte de poder conseguir una conexión con el teléfono que aunque es muy débil me permite recibir y mandar mensajes y algún que otro archivo adjunto que no sea muy pesado. Con esto me las voy arreglando para no estar cortado del mundo exterior. La semana pasada os quería haber escrito, pero me fue imposible por falta de tiempo. Ya perdonaréis.

¿Cómo van las cosas por aquí? Pues puedo decir que mucho mejor que hace unos días. Por fin, el día 24 de mayo pudimos abrir de nuevo las puertas del colegio, lo cual era nuestra primera meta. Ese día, domingo de Pentecostés, por la tarde, los internos empezaron a llegar al internado y al día siguiente, lunes 25, a las 7h30 de la mañana abríamos el colegio con la acogida de los alumnos por parte del director en la que explicó a todos el arduo y difícil proceso que habíamos llevado a cabo para que se pudiera llegar a tan feliz fecha. Un milagro realizado en menos de un mes de trabajos muy intensos. Media hora más tarde, se reanudaban las clases. No todos los alumnos estaban presentes, por supuesto, porque muchos de ellos no se habían podido enterar de la reapertura ya que la radio de Tanna no funciona desde el 14 de marzo, y habíamos tenido que utilizar radio-cocotero, es decir, la transmisión oral, para comunicar la noticia. Pero las ondas de radio-cocotero tardan mucho en llegar a las partes más lejanas de la isla y a las islas vecinas. Poco a poco, sin embargo, los alumnos han ido haciendo acto de presencia y ya estamos al final de la segunda semana de clases. Por supuesto que estamos intentando recuperar lo más posible el tiempo perdido. La reapertura del colegio ha sido para mí y para todos los hermanos un balón de oxígeno porque los dos meses anteriores habían sido muy duros, con una gran tensión debido a la urgencia de la reconstrucción y a los obstáculos que iban surgiendo en el camino y que ya os he ido contando. Además, mi vida es la educación y yo sin mis alumnos soy como un pájaro sin nido o como un pez fuera del agua

. Se diría que desde el 24 de mayo las cosas han cambiado mucho y que el 14 de marzo queda psicológicamente ya muy lejos… Sin embargo, la realidad también es que por ahora sólo hemos reconstruido lo más urgente y lo estrictamente necesario para que los alumnos volviesen. Todavía queda el trabajo de consolidación pues varios técnicos en construcción ya nos han ido diciendo los múltiples detalles que hay que asegurar para que la estructura de los tejados quede bien asegurada. Lo iremos haciendo poco a poco con más tranquilidad y sin tanta urgencia. Pero además quedan otras cosas, como las puertas y ventanas rotas, los techos, la pintura y un montón de cosas más. Eso vendrá luego. Por ahora estamos intentando reconstruir los talleres de carpintería, cocina y costura que todavía muestran impúdicamente sus entrañas a los pasantes aéreos y a las inclemencias del tiempo. En este proyecto estamos en estos momentos un poco bloqueados porque nos hace falta la madera para completar la estructura del tejado y, además, las chapas y el resto del material nos tiene que llegar por barco desde la capital, lo cual no es empresa fácil. Esperamos que pronto podamos reanudar los trabajos.

Y seguidamente tendremos que pensar también en reconstruir el edificio administrativo que tendrá que partir de cero porque los despachos están completamente destruidos y no se pueden reconstruir. Por el momento hemos habilitado dos módulos de madera que estaban menos dañados para instalar el despacho de dirección y la secretaría. Así que trabajo no nos falta.

Yo tengo que andar ahora a dos bandas pues por un lado tengo las clases y por otro tengo todo el seguimiento de la reconstrucción ya que yo soy el encargado de seguir la obra. Pero, como os decía, el hecho de que los alumnos estén ya aquí es para mí un balón de oxígeno.

¿Y de nuestra casa, qué? Pues sigue como estaba. La verdad es que ya nos hemos ido acostumbrando a vivir en la chabola y tampoco se nos hace tan difícil. Uno se acostumbra rápidamente a las cosas. Lo único que hay que hacer es cambiar las costumbres y hacerse a lo que hay. Hay muchas personas que viven en nuestras mismas condiciones alrededor nuestro, así que compartimos con ellas nuestra situación.

De todas formas, dentro de poco empezaremos a construir la nueva casa, pues ya os dije que no es cuestión de recuperar lo que había dada su enorme fragilidad. Hay que partir de cero. Estamos también a la espera de poder conseguir que nos llegue el material por barco desde Port-Vila, la capital. Yo creo que dentro de dos o tres semanas podremos empezar a construir.

Durante este tiempo hemos tenido algunos problemas con las transferencias bancarias que nos ha ido haciendo llegar para canalizar vuestros donativos y ello debido a que los bancos no han hecho bien el trabajo, pero ahora parece que las cosas se van solucionando y que las perspectivas son buenas para poder seguir la reconstrucción. Esta etapa dura y difícil de mi vida que estoy viviendo desde el 14 de marzo me está ayudando muchísimo para vivir mucho más profundamente mi oración y afirmar mi fe y mi esperanza. Yo creo que para mí está siendo, paradójicamente, una gracia de Dios.

El otro día le escribía a uno de vosotros estas reflexiones: “Desde el 14 de marzo soy testigo, con muchos ejemplos claros, de que todo este esfuerzo que estamos haciendo aquí y desde allí para sacar adelante esta obra educativa se ve perturbado continuamente por bloqueos, por dificultades, por barreras. Santa Teresa, cuando intentaba abrir un nuevo convento y no veía más que problemas y oposición, se frotaba las manos y seguía adelante aún con más energía porque veía que esa era una obra bendecida por Dios y que el diablo se las apañaba para poner toda clase de impedimentos a fin de que no se llevara adelante. Yo creo que aquí está pasando lo mismo. Desde hace muchos años, y casi continuamente, hemos tenido muchos impedimentos para sacar adelante esta obra educativa. Pero desde el 14 de marzo en que “el diablo” parecía haber triunfado destruyéndolo todo e intentando desanimarnos para que tirásemos la toalla y no reconstruyéramos, no nos hemos dejado llevar por el pesimismo y hemos seguido adelante contra vientos y mareas, contra ciclones y lluvias, contra transferencias perdidas, contra falta de fondos y contra los innumerables impedimentos que se han estado cruzando y se siguen cruzando en el camino arduo de la reconstrucción. Así que, como yo creo que esta obra es obra de Dios por todos los indicios que nos está dando el de arriba, no hay que perder la esperanza de que saldrá adelante de una forma o de otra. Además tenemos al P. Coindre, al Hno Javier y al Hno. Policarpo de nuestra parte y ellos son especialistas en superar dificultades para sacar adelante una obra…”

Durante todo este tiempo, hemos pasado por nuestra cuaresma, nuestra pasión y nuestro tiempo pascual de resurrección. Ha coincidido con el tiempo litúrgico. Y al finalizar el tiempo pascual, el día de Pentecostés, en que la Iglesia celebra que es el Espíritu Santo el que nos guía y nos sustenta en la construcción del Reino, nosotros hemos podido abrir las puertas del colegio para seguir adelante. Como los Apóstoles, nos hemos puesto de nuevo en camino para continuar la obra que Dios nos ha encomendado y lo hacemos fuertes y seguros de que es el Señor el que nos lleva en sus brazos y el que trabaja y realiza su obra a través nuestro.

Hoy celebramos la fiesta del Corpus, en que Jesús se hace alimento para fortificar nuestras debilidades. El próximo viernes 12 de junio, celebraremos la fiesta del Sagrado Corazón, la fiesta del Amor. Todos estos acontecimientos los voy viviendo muy fuertemente y de una manera especial este año. Creo profundamente que Dios nos ama y no nos deja solos, que nos acompaña en nuestro camino y nos va marcando las pautas para que seamos nosotros también, con nuestra vida, con nuestras acciones de cada día, buena noticia, amor encarnado para los demás. Muchas gracias a todos. Seguimos muy unidos por la oración.

Un abrazo.

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