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Un Museo Corazonista


Con alegría compartimos con ustedes que se ha decidido crear un Museo Corazonista que estará localizado en el sector de pastoral del Colegio Manuel Belgrano de Temperley. En realidad el Museo ya existe en cuanto colección de objetos con valor histórico, pero no tenía hasta ahora un lugar fijo, sino que se exponía de forma itinerante. El Hno. Mario Gassmann, creador del Museo, nos responde algunas inquietudes.

- ¿Cuándo descubriste que te apasionaba la Historia?

Cuando cursaba el secundario. Me encantaban las clases de mis profesores de Historia. Recuerdo en especial a los Hermanos Juan Carlos, Ernesto y Pascual. Ellos, además, incentivaron la lectura de nuestros próceres, de nuestra historia nacional, de nuestra esencia cultural e impulsaron mi deseo de hacer el profesorado de Historia y Geografía, otra de mis debilidades.

- ¿En qué momento tuviste por primera vez la idea de hacer un "Museo Corazonista"?

Recuerdo que en un encuentro de Hermanos, hace más de treinta años, propuse hacer un museo de la Provincia. No me desanimó su indiferencia porque comprendí que la propuesta fue un poco apresurada. Faltaba, tal vez, concientización.

Ese impulso vino de las ricas experiencias que tuve con el Hno. José García, en los comienzos de los años 70, cuando nos invitaba a recorrer museos, iglesias y monumentos de Buenos Aires. Eran muy pocos los interesados. A la verdad lo disfrutaba muchísimo. La idea de un museo fue la culminación de un proceso.

Recuerdo que primero me interesó conocer las historias de nuestros colegios, luego rescatar las fotografías antiguas de esos centros y por último recolectar objetos. Ese fue el último paso. También me iluminó un sencillo museo en nuestra casa en Roma. Luego surgió, muy firme, la posibilidad de un museo, apoyada especialmente en los Hermanos jóvenes.

- ¿Cuándo lo pudiste concretar y cómo fue esa experiencia?

En el año 1997, asumiendoen el cargo de Provincial y al recorrer las comunidades, encontré un interés especial en proporcionarme escritos, fotos y objetos de los Hermanos y de los colegios que me permitieron ampliar en muy poco tiempo una rica colección sin hacer un serio catálogo. Creo que muchos Hermanos comprendieron que era una forma de conservar una herencia material, cultural y espiritual que habíamos recibido y que no debíamos perder.

Con ayuda de algunos Hermanos, especialmente jóvenes, pudimos concretar el ansiado museo de la Provincia. Fue una experiencia muy positiva. Recuerdo que con una camioneta llevábamos nuestros baúles y exponíamos el museo en cada colegio. La aceptación fue muy enriquecedora y acrecentó, con el tiempo, nuestro patrimonio. Más de 10.00 alumnos pudieron experimentar esta riqueza cultural que hizo y hace crecer cada día nuestra pertenencia e identidad corazonista.

-¿En qué propuesta estás trabajando ahora?

Próximamente el museo quiere dejar de ser itinerante y tener un lugar definitivo. Es necesario para su conservación. El Consejo provincial ha aceptado que sea en el Colegio Belgrano de Temperley, comunidad donde estoy destinado este año. Estamos pensando en formar una comisión para organizar un museo de calidad.

- ¿Cómo se concretaría? ¿Cuáles serían sus principales características?

Ya hemos elegido el lugar. Ahora viene un trabajo muy específico: El diseño de un espacio teniendo en cuenta la distribución de los objetos, su presentación y el recorrido que deberán hacer los visitantes.

El museo de la Provincia se presentará como un sueño, un camino providencial que realizaron los Hermanos desde su llegada a Uruguay y a la Argentina desde España, hasta nuestros días y que fue creciendo con fuerza gracias a tantos Hermanos, docentes, familias que se unieron a este sueño, hoy hecho realidad.

El Museo estará dividido en tres espacios bien diferenciados que conforman la vida de los Hermanos en la escuela: 1. La vida fraterna y la formación; 2. La misión, que es la escuela. 3. La vida espiritual.

Intentaremos conservar, exhibir y comunicar nuestra historia a través de un rico muestrario de objetos de las comunidades, de las clases y de nuestras capillas.

- ¿Qué crees que un Museo Corazonista puede aportar a nuestras comunidades educativas?

Creo que este museo intentará estimular el sentido de pertenencia y la conservación del patrimonio heredado de nuestros docentes, alumnos, exalumnos y familias, a través de los muchos testimonios que nos re­presentan y nos convierten en Corazonistas.

Deberemos prepararnos para que cada objeto logre tener una dimensión es­piritual que nos ayude a conservar una identidad y una verdadera y sostenida pertenencia.

Por otra parte nos debe estimular a promover la pastoral vocacional, dando a conocer la vida de los Hermanos, su espi­ritualidad, su fraternidad y su misión (tres ejes del museo). Queremos que muchos jóvenes sigan el llamado del Señor, incorporándose a nuestra comunidad, para que nuestro lema, AMETUR COR JESU (AMADO SEA EL CORAZÓN DE JESÚS), sea el faro que nos guíe.

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