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La radio: Un sueño, una pasión, un compromiso

¿Cómo nació y se concretó esta inquietud vocacional convertida en servicio sostenido?

Un sueño: tenía catorce años y con un amigo del colegio San Rafael ya visitábamos distintas sedes radiofónicas de Buenos Aires con el objetivo de ver los estudios y los distintos programas. En ese entonces también mis padres me regalaron la que sería mi primera radio portátil, muy pequeña y sólo de A.M, para mí era sumamente fascinante ponerla debajo de la almohada al irme a dormir y escuchar a quienes, sin saberlo, fueron motivando mis anhelos de ser comunicador a través de la radio. Recuerdo a dos de ellos: a Juan Alberto Badía, con su programa “Beatlemanía”, y a Luisa Delfino, con “Te escucho”; sobre todo ella me motivó y enseñó la interacción con la audiencia.

Mi primer encuentro en una transmisión radial fue en el autódromo de Buenos Aires. El padre de otro amigo de la adolescencia tenía y tiene un programa deportivo llamado “Campeones” y allí, con ellos, tuve mi primer encuentro con los micrófonos, los cables, los locutores, relatores dentro de una cabina y en una emisión en vivo. Tenía en ese entonces 16 años.



Pero no fue sino hasta el año 1991 que pude comenzar a concretar aquellos sueños adolescentes, tras un largo paréntesis de 13 años… la pasión seguía latente.

Una pasión: sin pasión no hay tracción, no hay fuerza que te lleve en la dirección del deseo, por eso el ser apasionado se lanza sin detenerse hacia la meta, sabiendo que la alcanzará allende los tiempos, lugares y dificultades (cf. Fil 3,14).

Como dije más arriba, en 1991 y con 29 años, hice mi primera experiencia radiofónica en “FM Sensaciones”, de la localidad de Temperley, Provincia de Buenos Aires, junto a un grupo de exalumnos del Colegio Belgrano.

Más adelante, en 1997, tuve mi primer programa propio en “FM Serena” de Venado Tuerto, Provincia de Santa Fe; se llamó “Masaje al corazón”. En esa oportunidad realicé más de 150 programas, en muchos de ellos acompañado por el Hno. Emilio Rodrigo, en ese entonces novicio.

Luego vino un letargo radiofónico hasta 2010, pero la pasión siguió intacta…

Un compromiso: me encuentro en Montevideo cuando se me brida la oportunidad de presentar un proyecto en “Radio Oriental”, una radio comercial que había sido recientemente adquirida por el Arzobispado. Allí nació el programa “Estoy Contigo”, que se emitió en vivo los martes de 2:00 a 5:30 AM, un horario para noctámbulos e insomnes, que los hay y muchos. En esta ocasión fui acompañado por un maravilloso grupo de funcionarios del colegio: Rosita, Cristina, Nancy y Daniel Méndez.

En 2011 me presenté en “Radio María Uruguay”, filial local de “Radio María Internacional”, presente en más de sesenta países, y desde ese momento ese es mi lugar en la radiofonía, con varias propuestas ejecutadas. Sigo allí, ahora desde Buenos Aires y haciendo los programas vía Skype. Actualmente tengo en el aire, desde hace 11 años, dos propuestas bien disímiles:

  • “La Coronilla a la Divina Misericordia”: en vivo de lunes a jueves de 15:00 a 16:00, y grabada los domingos en el mismo horario. Es un espacio en el cual se construye comunión por medio de la oración, con una marcada espiritualidad del Corazón de Cristo. En el mismo se interactúa con la audiencia a través de la línea telefónica, de WhatsApp, de Facebook y del canal de YouTube de la radio, todo al mismo tiempo.

  • “Kayrós, tiempo de Dios, tiempo de escucha”: es un programa para vivir todos nuestros acontecimientos con sentido de eternidad. En él, a través de un eje temático actual, matizado con temas musicales “ad hoc”, motivo a la audiencia a través de consignas de modo de recibir su participación a través de los medios descriptos anteriormente. Este programa sale en vivo los jueves y los viernes de 17:00 a 18:00.

Si no estás en Uruguay y me quieres escuchar y acompañar, lo puedes hacer por el Facebook o el canal de YouTube de Radio María Uruguay.

Agradezco a Dios por el don de la comunicación para la comunión, a mis padres que motivaron mi sueño con aquella radio portátil, a mis mentores que no me conocieron y que sólo conocí por sus voces, a quienes confiaron y confían en mi capacidad de promover comunidad radiofónica y a mis hermanos por haberme dejado volar en un emprendimiento no formal.

Muchos dicen que la radio es magia como queriendo expresar los impactos intangibles que produce en el oyente. Yo, afirmado lo anterior y por experiencia, digo: la radio es Gracia.

Hno. Daniel Impellizzieri

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