Misión Cor Jesv – Temperley
- comunicacion209
- 18 mar
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Una vez más, este enero salimos a llevar el mensaje del Sagrado Corazón de Jesús. La misión en Chillar este año, como cada año sucede siempre, fue única. Los primeros días nos sirvieron para recargarnos de ese amor que brota del corazón abierto de Cristo, para así, renovados y llenos del Espíritu, poder emprender nuestras visitas y actividades junto a la comunidad.

Por las mañanas, tuvimos las visitas por las casas del pueblo y, al igual que el año pasado, los vecinos nos abrieron con la amabilidad y generosidad que caracterizan al pueblo de Chillar. Por la tarde realizamos las catequesis con los niños y adolescentes y recibimos la hermosa noticia de que ¡ya nos estaban esperando! Una vez más aprendimos de ellos, pues Jesús nos pide que seamos como niños para entrar a su Reino y, con esa alegría, esperemos encontrarnos con Él cada día.
Durante el festejo de Epifanía, que realiza masivamente el pueblo todos los años, estuvimos dando una mano y participando del pesebre; nuevamente contagiados por la felicidad que transmiten los vecinos durante esta festividad. Siempre de la mano de la Providencia, tuvimos la oportunidad de visitar dos hogares de ancianos y realizar actividades lúdicas con los adultos mayores que nos esperaban con una sonrisa.
Además, este año tuvimos la bendición de misionar junto al Hermano Mario Gassmann y al Padre Lucas Díaz (de la parroquia La Piedad, en Temperley), los cuales jugaron un rol importantísimo para fortalecer la espiritualidad, tanto dentro del grupo misionero como hacia el pueblo.
En conclusión y como afirmamos todos los años: “vamos a misionar, pero volvemos misionados”. Agradecemos a la comunidad de Chillar por recibirnos con los brazos abiertos y brindarnos, con confianza, la responsabilidad de transmitir la Palabra de Dios en cada manzana. Y queremos también agradecer a la comunidad Corazonista, que nos encomendó en sus oraciones durante estos días: la gracia de Dios estuvo (y está) presente en el grupo misionero Cor Jesv gracias a ustedes.
Que el Sagrado Corazón acompañe nuestro caminar en comunidad, y que nuestro destino sea el Cielo. ¡Ametur Cor Jesv - Ametur Cor Mariae!
Carolina Rodriguez y Martín Massad
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