Jornada Nacional de la Juventud Corazonista de Colombia
- comunicacion209
- hace 6 días
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“Yo he venido a traer fuego sobre la tierra,
¡y cómo desearía que ya estuviera ardiendo!” (Lc 12, 49)
Durante los primeros días de octubre, junto con el Hermano Gastón Spahn, tuvimos la alegría de participar de la Pre-jornada y la Jornada Nacional de la Juventud Corazonista de Colombia. Fuimos invitados como representantes del grupo misionero Cor Jesv de Argentina y Uruguay, para compartir con los hermanos, postulantes, exalumnos, profesores y alumnos de los distintos colegios corazonistas de dicho país nuestro testimonio de misioneros Corazonistas.

En la Pre-jornada compartimos nuestras experiencias y vivencias con el grupo Fuego, un nuevo espacio de encuentro dedicado especialmente a los exalumnos de los colegios Corazonistas. Charlamos de cómo vivimos nosotros la espiritualidad del Sagrado Corazón una vez que terminamos el colegio. Lo que más me llevo de ese compartir es el sentimiento de unidad, cómo, siendo personas de distintos países, el solo hecho de compartir el amor al Sagrado Corazón nos hace sentir parte de una misma familia: un espacio donde es cómodo charlar, reírse, compartir canciones y muchos abrazos y sonrisas.
A lo largo de la Jornada tuvimos la oportunidad de presentar un taller sobre los pilares del grupo misionero (espiritualidad, fraternidad y misión) y cómo nos ayudan a vivir el “amor por Amor”, que fue el lema del encuentro. También escuchamos varios testimonios que nos invitaron a reflexionar sobre el amor a uno mismo, a los demás y a la familia, y cómo nos ayudan a responder con un poco de amor al inmenso Amor que nos regala Dios.
Muchas veces los misioneros decimos que vamos a un lugar a misionar, a mostrar nuestra experiencia con Jesús, y que siempre volvemos misionados. Esta experiencia me lo recordó una vez más: en cada persona con la que compartí pude ver el rostro vivo de Jesús. En cada sonrisa, en cada lagrima y hasta en cada “¿podemos probar el mate?” se veía el deseo profundo de compartir el Amor de Dios que vive en los corazones, las ganas de compartir ese fuego que Jesús trajo al mundo y que ya está ardiendo en cada uno de nosotros; un fuego que queremos compartir para que todo el mundo arda por el Amor de Dios.
María Paz Arrebere
Temperley









































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