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Meditación Cristiana para adultos en el Colegio Sagrado Corazón de Lomas de Zamora

Desde hace cinco años se practica en el colegio este método de oración contemplativa con los niños, por medio de la quietud corporal, el silencio y la repetición interior de una palabra sagrada: Dios, Abbá, Jesús, Maranatha… Se les propone la posibilidad experiencial de tomar contacto consciente con la presencia real de Dios en sus corazones.

Al principio fue novedad, hoy ya está instalado como inicio de cada mañana escolar y los niños lo han naturalizado como práctica habitual. La experiencia de ellos motivó la inquietud en algunos de sus padres y así también se constituyó un pequeño grupo de adultos que se juntan a compartir el silencio meditativo todos los lunes a las 18:00.

Normalmente cada encuentro comienza con la escucha de una enseñanza o de un pasaje evangélico que se comparte, luego se realizan unos breves ejercicios para lograr distensión y concentración, cuando el tiempo lo permite también se hace una caminata meditativa, para pasar luego a los treinta minutos de meditación silenciosa. Luego de ella, se proyecta la meditación a las actitudes de la vida cotidiana por medio de una bendición.

He aquí unos testimonios:

“La meditación me ha permitido cambiar mi forma de vida, en cuanto a la ansiedad en todo momento de mi rutina diaria. Me ha ayudado a ser más paciente y a saber escuchar. En el momento de la meditación siento una paz interior inexplicable. Gracias a Dios y a la Virgen por haber encontrado este camino. Gracias a todos los que conforman el grupo de Meditación” (Silvia Noemí Juárez).

“A partir de iniciar mi camino en la Meditación Cristiana, aprendí a pararme diferente frente a las dificultades diarias, laborales o familiares, a ser más paciente, a no reaccionar con verborragia. Aprendí a aceptar las cosas que no puedo cambiar, aunque me cueste o me duela, aprendí a soltar las cosas que, tal vez por mezquindad personal, no podía dejar ir… Creo que meditar nos ayuda a centrar nuestra energía apoyándonos en la fortaleza que viene del Padre, para modificar todo aquello que no nos deja avanzar o crecer” (María Fernanda Trombetta).

“La meditación me ayuda a encontrarme conmigo mismo, con la parte más profunda y, hasta me atrevería decir, desconocida de mi ser. Me ayuda a buscar y encontrar tranquilidad y el punto de equilibrio en cada una de las acciones a desarrollar a diario. Es lo que he logrado en este año y medio que practico meditación” (Claudio García).

“Estoy en meditación porque es un lugar de paz y tranquilidad. Si bien cuesta dejar de lado los pensamientos, tareas y problemas sigo trabajando en esto, dejar de lado al ego” (María José de Tassone).

“Meditar es crecer, evolucionar en el encuentro con Dios, en el amor a Dios. Es saciar el hambre interior en una práctica tan simple como rica. Es un presente que se proyecta eterno y que se refleja en cada mínimo acto de nuestra existencia. Meditar requiere romper viejas estructuras y consolidar nuevos cimientos con bases sólidas, más fructíferas, más productivas. Es reconstruirnos reconociendo nuestras limitaciones, pero avanzando en aquello que no tiene límites: la fe” (Carolina Rodríguez).

Y por último un pensamiento de John Main, iniciador de la Meditación Cristiana: “El punto importante en la Meditación Cristiana es permitir que la misteriosa y silenciosa presencia de Dios en nuestro interior se vuelva cada vez más y más no sólo una realidad, sino la realidad que da significado, forma y propósito a todo lo que hacemos y a todo lo que somos”.

Hno. Daniel Impellizzieri

Nota: La Meditación Cristiana es impulsada por la Comunidad Mundial para la Meditación Cristiana, fundada por el monje benedictino Laurence Freeman, quien, siguiendo las enseñanzas del también benedictino John Main, ha difundido esta modalidad orante en occidente.

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