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Un profesorado para crecer con Jesús

En el año 2019 comencé, junto a la experiencia del aspirantado, el profesorado de Ciencias Sagradas en el ISMA (Instituto Superior Marista) de CABA. Profesorado que estoy por concluir este año, en diciembre.


El primer año de profesorado fue todo un desafío, no sólo por el comienzo de una nueva carrera, sino también por todo el cambio que conllevaba el nuevo estilo de vida comunitario en la casa de los hermanos. Sin embargo, fue muy positivo porque, además de nuevos conocimientos, empecé a descubrir el gusto por la vocación docente gracias a los estudios, así como a los hermanos, compañeros y profesores.

Mi segundo y tercer año del profesorado coincidieron con la etapa de formación del postulantado. El desafío en este caso fue que la cursada fue enteramente a través de una pantalla debido a la pandemia. Las clases y las interacciones se volvieron virtuales y la incertidumbre se instaló en nuestras vidas cotidianas. Durante esos años el profesorado se convirtió para mí en una de las grandes fuentes de crecimiento espiritual y personal. Esto se debió no sólo a las materias, sino también al intercambio con profesores y compañeros por medio de la virtualidad. Si bien fueron años cansadores y el entusiasmo por aprender iba menguando, siempre encontré en alguna materia la motivación para seguir adelante con compromiso.


En 2022 tuve que interrumpir por un año el profesorado por el noviciado, etapa de formación que viví en Lima y que implica poner en pausa los estudios profesionales. Esto lo tenía presente de antemano y lo tomé con tranquilidad, ya que sabía que en este año 2023 iba tener la oportunidad de terminarlo. Y así fue: comencé el año enfocado en el objetivo de recibirme.


Durante todo el profesorado aprendí contenidos importantes y fundamentales sobre Biblia, teología, filosofía, estrategias para dar clases, nociones básicas del desarrollo evolutivo de la persona… pero, sobre todo, creo que lo más importante es que esta carrera te enseña el modelo de vida de Jesús. Por eso lo más importante no es aprender el contenido “con la cabeza”, sino pasarlo por el corazón y ponerlo en práctica en la vida. Más allá de todos los contenidos aprendidos, me llevó un mayor compromiso para vivir radicalmente el mensaje de Jesús en la sociedad de hoy.


Y, por supuesto, me llevó del profesorado las personas que conocí, tanto compañeros como profesores. El compartir con ellos, el cuestionarme, el intercambiar ideas también me ayudó al crecimiento espiritual y personal en estos años.


Hno. Gastón Spahn

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