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Vocación, fe, amor, esperanza...son formas de diálogo

Sobre palabras de David Steindl Rast: “…La biblia expresa esta idea con las palabras ‘Dios habla’. Siendo criado en la tradición bíblica, ese lenguaje me resulta cómodo, pero no tengo el deseo de imponerlo, sino compartirlo. Dios habla es una manera de apuntar hacia mi relación personal con la fuente Divina…”.


Maestros, profesores y estudiantes en las aulas, tratamos de mediar entre contenidos y contención, guiar el cauce de una vitalidad que en ocasiones se desborda bajo formas impensadas… y es que Dios nos habla a través de todo lo que existe. Cada cosa, cada persona, cada situación y, en última instancia, cada palabra es SU VOZ.


En ocasiones, tanto para estudiantes como para docentes, no es tarea sencilla acordar ese punto de encuentro que permite el diálogo. Tal vez para nosotros, adultos, sea pertinente preguntarnos en esos momentos ¿qué debo hacer acá?, ¿cuál es mi función? Reordenarnos y, como adultos, aceptar la situación y poder establecer límites sanos, que generen un clima de confianza, ya que dialogar no quiere decir estar de acuerdo en todo, sino en poder expresarnos a pesar de nuestras diferencias, enriqueciéndonos mutuamente.


Sus preguntas nos piden escucha, no siempre una respuesta “correcta”, pero sí honesta. Al responder palabra a palabra, momento a momento, yo paso a ser esa palabra que Dios pronuncia en mí y a través de mí. No con la idea del propio beneficio, para salir ileso en la contienda o para ser el poseedor de la razón y verdad, sino para ser y crecer junto a otros.


En el colegio a eso lo llamamos pedagogía de la confianza: aprender y acompañarnos unos a otros desde nuestra imperfección, con nuestras equivocaciones y aciertos, desde nuestros límites, para así poder ensancharlos o corregirlos… Nos exige estar atentos, alertas, plenamente despiertos, pero… ¿cómo vamos a responder al momento presente si no estamos atentos a su mensaje? ¿Y cómo podemos estar atentos si nuestros sentidos no están abiertos?


La inagotable poesía de Dios viene a nosotros en cinco idiomas: vista, tacto, gusto, olfato y oído; lo demás es interpretación. Por eso cuando decimos dialogar hablamos de compartir experiencias, somos el vehículo que encuentra Dios para hablarles a los demás y es esa una hermosa responsabilidad.


A través del diálogo podemos aclarar o rever conceptos, resolver dudas, pero también podemos hacer sentir el apoyo en la escucha atenta, la afectividad en un consejo, la empatía al descubrir un error… en ese compartir hacemos visible a Dios.


Tal vez nuestras palabras no les resulten demasiado amigables y les suenen como prohibiciones, obligaciones o una imposición. Pese a eso intentamos guiarlos para que puedan entender (a lo mejor hoy no, pero quién sabe si más adelante). Es esa nuestra ESPERANZA: que comprendan que LIBERTAD y RESPONSABILIDAD son formas de AMOR.


Es posible que estas palabras promuevan su excelencia académica, pero, sobre todo, llevadas a cabo en su vida pueden ayudarlos a ser seres humanos más sinceros y genuinos que, a través del diálogo, generen un pensamiento que se anime a cuestionar, argumentar y fundamentar opiniones, vivenciando la identidad Corazonista que los caracteriza, en donde les toque estar.


Maximiliano Ricome

Nivel Secundario, Venado Tuero

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