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Misión del docente corazonista: transmitir el amor de Dios

Desde el momento en que un docente descubre su vocación, se forma y profundiza en lo que la educación significa, encuentra en este camino el objeto último que tiene el ser educador: conducir y ayudar al niño y al joven a descubrir su fin último de la vida.


Al ingresar en esta comunidad un docente se convierte en Corazonista, depositando toda su confianza en el Sagrado Corazón. Puede reconocer que hay un horizonte al que conducir: vivir en el amor y visualizar como meta el amor. El amor como fin, amor que nace del Corazón de Jesús. Un amor que arde y en todo lo que alcanza deja una marca, una huella. Un amor que sana y que limpia, porque nos permite reconocer nuestra miseria y caminar en dirección al perdón y a la misericordia. Y un amor puro, porque brota de lo más profundo del ser.

El docente Corazonista vive y difunde este carisma que nace de Jesús. En primer lugar, manifestando un amor cercano al prójimo, compartiendo su vocación con todos aquellos que formamos parte de esta familia, estando al servicio de los demás, viviendo y contagiando esta alegría, que brota de la esperanza que infunde el Sagrado Corazón. Lo vivimos en la disposición de cada tarea, de cada entrega, en la mirada cercana que intenta comprender al hermano que tenemos al lado.

El docente Corazonista vive el amor de Dios, pensando cada propuesta y planificando invitaciones a conocer el mundo, entendiendo los grandes misterios que éste encierra. Sabe que, al acercarnos a la verdad, descubrimos el amor de Dios en cada respuesta encontrada.


El docente Corazonista difunde el amor de Dios al dar a conocer día a día su Palabra. Esa Palabra que es su mensaje y que encierra el sentido último de la vida: el camino es el amor.


El docente Corazonista difunde el amor de Dios al transmitir los gestos propios que tuvo Jesús. Al invitar a reflexionar cotidianamente sobre las actitudes que nacen de un corazón manso y humilde. Al ser él ejemplo de que la grandeza está en la humildad, en poner al servicio de una comunidad sus cualidades y dones, y al ser ejemplo de que la alegría de vivir se encuentra en tener un corazón cercano al otro.


El docente Corazonista vive y transmite el amor de Dios al ofrecerse cada día en esta misión y al saber que es su instrumento, por eso dice cada día: ¡Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío!


María Damario, Prof. de Enseñanza Primaria

Colegio Sagrado Corazón, Venado Tuerto

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