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Visita a la comunidad de Hermanas Carmelitas de Luis Guillón

El pasado sábado 27 de febrero participamos como grupo misionero de un grato encuentro junto a la comunidad de Hermanas Carmelitas de Guillón. A través de Elizabeth Rando, profesora del colegio y misionera, quien fue el nexo entre ambos grupos, pudimos organizarlo.


Había cierta incertidumbre cuando nos preparábamos para el encuentro, muchos nunca habíamos compartido una conversación ni un rato de oración con hermanas de clausura, ¿cómo nos recibirán?, ¿cómo será el diálogo con ellas?, ¿cuál será nuestra reacción al verlas tras las rejas? Algunos nos esperábamos algo “de otro mundo” y luego nos dimos cuenta de que verdaderamente es algo “extraordinario”, ya que el estilo de vida que llevan es totalmente entregado al Señor y como una de ellas claramente dijo: “Con la oración llegan a todos los corazones, a todas las almas…” no hay límites. Nos mostraron cómo, viviendo la clausura, ellas se encuentran sin barreras para llegar a los hermanos.



Vamos ahora a contarles un poco qué fue lo que hicimos, cómo vivimos el momento compartido, que fue muy especial desde el principio…


Algunos sabrán que las Hermanas Carmelitas durante la Cuaresma no reciben visitas, sin embargo, pudieron hacer una excepción por nosotros ya que desde hacía mucho tiempo queríamos conocerlas. Ellas, tan atentas y dispuestas, desde que escucharon de nuestro grupo rezan por nosotros y nos acompañan en nuestro crecer día a día en la fe y en el compartir la alegría del Evangelio a los demás.


Al llegar al monasterio nos encontramos con las hermanas y con la inusual situación que mencionamos antes: por medio teníamos una reja que nos dividía, pero que nos permitió encontrar miradas y adivinar sonrisas bajo los barbijos. Nos presentamos cada misionero, luego se presentaron ellas. Cada una contó cómo descubrió su vocación, y fueron tan variadas las historias de vida que escuchamos que una vez más vimos cuán locos pueden ser los planes de Dios ante nuestros ojos, pero qué perfectos son siempre.


Luego, dos misioneros (Nacho Díaz y Cande Allinghi) explicaron cómo se formó nuestro grupo, contando la historia desde las primeras comunidades misioneras Corazonistas, cómo se maneja el grupo durante el año y también durante los diez días de misión, además de cómo es toda la organización dentro del grupo. Para finalizar tuvimos un momento de oración muy íntima, cara a cara con Dios. Se dio un espacio muy lindo en el que cada uno pudo adorar a Cristo en la Eucaristía y vivir un rato de silencio y de canto.


La verdad es que este encuentro ha sido muy enriquecedor. Fue un compartir muy lindo el vivido entre los dos grupos, en el cual hubo testimonios de fe y vocación. Aprendimos mucho del estilo de vida de las hermanas en comunidad y también cómo viven su fe, con la oración y la Eucaristía siempre como centro. Nos animaron a seguir creciendo como grupo y en amistad con Cristo. Les estamos muy agradecidos por habernos recibido con tanta calidez y tenernos siempre presentes en sus oraciones.


Josefina Gorrini, Guadalupe Gorrini y María Julia Janisch

Grupo Misionero Cor Jesu, Temperley





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